Existe en cierta ciudad un lugar,conocido por algunos pocos,en el cuál se reúnen sabios a hablar y debatir,y se juntan en ocasiones en ciertas salas.
Conviven juntos en ese lugar,tienen animadas charlas entre ellos y así van adquiriendo sabiduria de otros.
Una buena noche,una persona entró en el lugar.Iba vestida completamente de negro,un largo pelo oscuro caía de su cabeza,y llevaba consigo una bolsa también negra.
Todos se fijaron en él,y le miraron curiosos.Parecía bastante joven,y no es habitual ver gente joven en ese lugar.
Entró lentamente en el lugar,despacio,paso a paso.Todos se callaron y se quedaron mirando como iba andando lentamente y hacia donde se dirigía.
Finalmente se descubrió que se dirigía hacia el mostrador,al otro lado de la entrada,donde un sorprendido recepcionista encargado se asombró más al oir las lentas y moderadas palabras del joven:
"Buenas noches,caballero.Soy un joven al que le gusta pensar.En ocasiones tengo algunas conversaciones sobre esos pensamientos,pero ahora me gustaría mostrárselos a otros sabios.Por ese motivo,me gustaría tener una sala propia,a la que llamaré "Sala del desvarío".Por cierto,yo soy Cessa,un placer.Mañana volveré y podré estrenar mi sala.Estoy seguro de que sera divertido."
Dicho eso,el joven se dirigió hacia la salida ante la mirada atónita de todos.Abrió la puerta y todos estaban todavía en silencio.Después de marcharse,poco a poco los sabios fueron recuperando la compostura y al final decidieron esperar al día siguiente para poder contemplar como sería esa sala,y de qué les hablaría el recien llegado.
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